viernes, 1 de octubre de 2010

Prostitutas caras

Las licitaciones públicas son procedimientos del estado para elegir el proveedor de un servicio o mercadería de forma tal que resulte une elección objetiva y conveniente para el interés público. Se crea un registro, los aspirantes se inscriben cumpliendo requisitos para el concurso,  un día se abren los sobres oferentes y en presencia de todos se escoge sin miramientos el mejor. Dicen que las licitaciones se arreglan. Que se dictaminan a medida las condiciones previas. Que los contratos del estado están llenos de corrupción.

La siguiente es una foto de la escuelita a la que concurre mi hijo, pocas aulas, apenas un edificio viejo al que se le caen a pedazos los cables. Sí, después de años al fin reacomodarán algunas cosas, llamemos a licitación pública. La obra: “Refuncionalización de instalación eléctrica dpto de aplicación ‘Alfredo Alfonsini’ Oro Verde – Dpto Paraná”. Bah, que anden las luces, digamos, y que se puedan usar tres artefactos sin que se fundan los enchufes. Aquí vamos. La foto no miente, es una escuelita con varias paredes. Valor de la obra: $90.123,45. En dólares, casi 23.000.  Más del doble de lo que corresponde. Pero está bien el procedimiento, todos estamos felices y ponemos un cartel.  

Sí, la corrupción patente hace que a algunas adminitraciones -al igual que a algunas mujeres- llamarlas “públicas” sea sólo un eufemismo de buen gusto. Sí, siempre hay prostitutas caras, pero son mejores.