sábado, 17 de julio de 2010

Barricadas cambiadas

La nueva ley de matrimonio homosexual, aparecida en un río revuelto de defensores y detractores, tiene su primera oposición oficial: Marta Covella, jueza en La Pampa, se niega a casar a tales parejas alegando su íntima convicción cristiana que la determina a entenderlo como inadmisible ante Dios.

La democracia es el autogobierno de los pueblos, y como los pueblos son numerosos y las opiniones diversas, estos sólo ostentan la titularidad de un poder que es ejercido en concreto por representantes elegidos para eso. Y como los representantes representan demasiadas posturas, es el gobierno de las mayorías.

La objeción de conciencia es una figura conocida en el Derecho basado en antiguas y constantes razones de la Filosofía. Es el justificativo más digno, tal vez, para incumplir la ley. Es la defensa de las creencias éticas sobre la norma humana y tiene aires de sacrificio eterno. Es oponerse, aunque se desplomen los cielos, a hacer aquello que el alma se niega a admitir. Ejemplo conocido de ello en el mundo entero es la negativa a realizar el servicio militar, con objetores que han sido antimilitaristas, pacifistas o Testigo de Jehová. En todos los tiempos aquellos que renunciaron a las comodidades y sufrieron sobre sí las consecuencias de preferir a la propia conciencia como primer tribunal han hecho historia y muchos pagaron con su propia vida las creencias defendidas.

Cabe preguntar si este es el caso de la jueza. ¿Puede un funcionario afirmar que incumplirá la ley del Estado que lo nombró para la función? Los problemas generados son incómodos. Por un lado, quien asumió su cargo en épocas de comunión interior plena con el ordenamiento, modificándose este después, tiene la garantía de no verse obligado a hacer aquello con lo que no esté de acuerdo. De manera tal que debe reconocerse su derecho a abstenerse de participar en ese actoPor otro lado, su participación en este asunto deriva de ser funcionaria del mismo ente que ha elaborado esta nueva ley, es una representante del Estado. La representación exige la aceptación de las normas del mandante, no al revés. Si en sus funciones ella se niega a acatar sus deberes, se levanta sobre estos y actúa como dueña originaria de la voluntad primera. La actitud esperable en este caso no es la gestión distorsionada de la voluntad del mandante sino la renuncia a la gestión.

No me gusta el matrimonio homosexual. Aun no simpatizo con él. Pero es necesario cuestionarse si es de buena gente pelear por las convicciones de cualquier manera. Digno es ubicarse en las barricadas correctas y argumentar desde donde se debe. Así como no se predica mérito alguno de alguien que "como médico es buen músico y como músico, un buen médico", no vale argumentar como católica en el marco de las leyes laicas. 

Finalmente ¿cómo es posible que esta respuesta tan clara esté tan empañada? En un país donde la Constitución establece en su artículo 2 que "El Gobierno federal sostiene el culto católico apostólico romano" algunos de sus funcionarios juran "por Dios, la Patria y estos Santos Evangelios". Todo vuelve a ser una sopa de argumentos y la rueda vuelve a girar sobre sí. Con el permiso de Discépolo:

"...Igual que en la vidriera irrespetuosa
de los cambalaches
se ha mezclao la vida,
y herida por un sable sin remaches
ves llorar la Biblia
contra un calefón..."

martes, 6 de julio de 2010

HAARP, tecnología de guerra

El H.A.A.R.P. o High Frequency Active Auroral Research Program es un programa que lleva adelante el gobierno de los Estados Unidos con instalaciones en Alaska y con fines tecnológicos atinentes a la defensa nacional y las comunicaciones. Su actividad se centra en una alta capa de la atmósfera y el nombre del programa demuestra el efecto visual desencadenado: colores como la aurora boreal.


La ionósfera se extiende entre los 85 Km. y los 700 Km. de altitud alrededor del globo terrestre, en promedio, con altas temperaturas por efecto de los gases ionizados por la radiación solar. Una de las características de esta capa es su contribución esencial en la reflexión de las ondas de radio y la desintegración de la mayoría de los meteoroides. El principal dispositivo de la Estación HAARP es un potente radiotransmisor de alta frecuencia que, trabajando, modifica las propiedades de una zona limitada de la ionósfera. El principal componente, el Ionospheric Research Instrument (IRI) es un calentador ionosférico.


La señal generada por el transmisor se envía a un campo de antenas, orientadas en un mismo sentido, que la transmiten hacia el cielo. Dicha señal se absorbe parcialmente, concentrándose en un volumen de unos cientos de metros de altura y varias decenas de kilómetros de diámetro. Los efectos producidos pueden observarse con los instrumentos, y la información que se obtiene es útil para entender la dinámica del plasma y la interacción entre la Tierra y el Sol.


A mediados de los '90 el programa norteamericano fue denunciado internacionalmente por su capacidad para utilizarse como armamento.  Acusado de ocultar su verdadera intención (defensa nacional y comunicaciones) se le achaca comportarse como un gigante horno de microondas, culpable de modificaciones ambientales y capaz de generar terremotos, como así también de ser lo suficientemente potente como para destruir naves que surquen el aire.


Es un programa del que casi no conocemos. Se tejen teorías acerca de él y por el momento sólo nos queda estar a la expectativa.


Su sitio oficial es: http://www.haarp.alaska.edu/ y las siguientes son imágenes proporcionadas por él.




Estados Unidos desde el sur

Ayer lunes, 5 de julio, primer día hábil después de la derrota de Argentina en el Mundial.

Es costumbre preguntar en la escuela primaria a los chicos, cada día, qué novedades hubo, qué cumpleaños festejaron y las efemérides. 

Facundo, con sus ojos limpios y su carita redonda y blanca dijo: "Ayer fue el aniversario de la independencia de los Estados Unidos".  Las reacción de la docente que escuchaba pasó de exigir la fecha de la independencia argentina a comentar la vergüenza de la sociedad actual que conoce de otros y desconoce la propia historia. Sin reconocimientos a quien no habló de fútbol, ni felicitaciones por su conocimiento general.

No puedo menos que preguntarme si la maestra en cuestión sabe lo que significó la independencia del país más cuestionado de la actualidad, el más beligerante y más omnipresente. 

¿Cuántos argentinos tienen en sus preferencias al cine argentino antes que el estadounidense?, ¿cuántos de sus hijos desprecian el inglés?, ¿cuántos no han visto los clásicos dibujitos animados de todos los tiempos, tanto de Disney, Warner Brothers o la extinta Metro-Goldwyn-Mayer sólo por nombrar ultraconocidas productoras?

La cuestión no carece de gravedad. Apremiar al alumno por no preferir como tema a los indígenas antes que a Stars Wars no es camino para estimular el conocimiento. Prueba de ello es que vienen arengando a sus chicos sin mayores resultados. Al final del secundario no saben mucho de aquello que les exigieron y esto significa el fracaso rotundo de los medios utilizados. El reto sobre el estímulo no funciona.

¿Es ilegítimo esperar que los chicos conozcan más de lo propio que de lo ajeno? No lo es. Es un principio elemental de supervivencia el entender el medio donde uno se mueve, qué lo determina, cómo funciona. El niño argentino tiene sus pies en el sur y parte de su corazón en el norte y demasiadas veces no sabe dónde está parado: aquí.

Mientras los docentes se nieguen sistemáticamente a entender el poder de los Estados Unidos en la vida cotidiana no podrán "contra el enemigo", que ese enemigo se sienta a la mesa cada vez que encienden el televisor, escuchan música o usan un celular.

El problema no es sólo lo que hacen ellos. Es lo que hacemos nosotros.  Ser mejores es el único camino, el único que atiende a la misma esencia de la vida: la supervivencia del más apto.

En palabras de Almafuerte:

No te des por vencido, ni aún vencido,
no te sientas esclavo, ni aún esclavo;
trémulo de pavor, piénsate bravo,
y acomete feroz, ya mal herido.
Ten el tesón del clavo enmohecido
que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;
no la cobarde estupidez del pavo
que amaina su plumaje al primer ruido.
Procede como Dios que nunca llora;
o como Lucifer, que nunca reza;
o como el robledal, cuya grandeza
necesita del agua, y no la implora...
Que muerda y vocifere vengadora,
ya rodando en el polvo, tu cabeza !