miércoles, 1 de septiembre de 2010

Maleducar al soberano

Dicen que dijo Borges: "La Universidad debiera insistirnos en lo antiguo y en lo ajeno. Si insiste en lo propio y lo contemporáneo, la Universidad es inútil, porque está ampliando una función que ya cumple la prensa". A esto no me lo esperaba.

La "toma de colegios" es una modalidad de protesta activa en la sociedad por la cual los alumnos se apoderan de las instalaciones de una institución educativa para interrumpir su funcionamiento y sostener determinadas exigencias sine qua non.

En estas épocas: el estado de las instalaciones. La definición de los hechos es más clara que la de las intenciones. Veamos:

GOBIERNO. ¿Por qué los gobiernos no intervienen en este tipo de hechos? No, no solo para reprimir los reclamos, justos o no -es harina de otro costal-, sino para sostener una política educativa que además de cambiar sistemáticamente de programas y contenidos se anime a pagar los suelos a los que valen la pena, hacer sumarios y echar a los inútiles (y dar esos sueldos a los que los merecen), mejorar los edificios, premiar el estudio y el trabajo y castigar la vagancia. Cosas que parecen tan claras si hablamos de otros y que se nos embarran a niveles inconfesables cuando se invocan Derechos Humanos por obra y gracia de los actores principales de esta comedia nacional, los políticos de acá y acullá, mezclando las heridas del pasado, los enojos del presente y las codicias del futuro, todo con la frutilla de Chávez coronando algún discurso reivindicador estudiantil.

ESCUELAS. Con la sombra de "la noche de los lápices" nadie se atreve a ejercer autoridad alguna, ni para adentro ni para afuera. Ordenanzas inútiles algunos, docentes que aprovechan para hacer política y directivos que no tienen la autorización ni el pasado limpio como para echar a todos los que no se ajusten a sus lugares, que tampoco se echan a sí mismos.

PADRES. A favor y en contra. Los padres a favor apoyan a sus hijos y discuten por ellos en televisión. Defienden el valor de una pared pintada en la educación. Sostienen la necesidad de instalaciones apropiadas que signifiquen la comodidad de un segundo hogar. No, no en estos términos, pero sí en resumen. ¿Y quién lo duda?, la duda no pasa por aceptar este hecho, sino por saber quién tiene que pagar el precio.

Los padres en contra sostienen que otros, muchos, hacen kilómetros a caballo para asistir a una escuelita como antaño, que el federalismo es poco eficaz a la hora de repartir beneficios y que el norte tiene desiertos no solo en sus tierras, también en los planes gubernamentales. Que estos chicos sí que no tienen ni idea de lo que es el esfuerzo, que les gusta encontrar excusas para no cumplir con su parte. ¿Y quién lo duda?

ALUMNOS. Una mayoría como telón de fondo y una minoría poderosa. No sé cuántos en la mayoría pacífica y observadora disfrutan y cuántos no. La minoría tiene argumentos, y son buena noticia, y sirven en los argumentos políticos. Reclaman por las instalaciones que ellos mismos rompieron. Escritas las paredes, las quieren limpias. Rotos los baños, los quieren reparados. ¿Qué culpa tienen ellos de lo que recibieron?, cuando llegaron ya estaba así, o no, quién sabe.

Y finalmente YO y mi parte. Estoy cansada. Siento culpa por no tener interés. Lo tuve antes, y no pasó nada. Y ahora me pregunto: ¿me toca a mí hacer algo o puedo mirar para otro lado? Si miro para otro lado, ¿me olvidaré? Sí, estoy cansada. Me duele acá, justo donde se asienta el alma.

QUINO, gracias por ayudarme a asumir las ironías de la realidad en la Declaración de los Derechos del Niño.












10 comentarios:

Anónimo dijo...

Querida Roxana:
Una vez más estamos muy de acuerdo. ¿Será por aquello decía el propio Quino?:«Un amigo es una sucursal de uno mismo»
Algo parecido publiqué en mi blog...
Carlos Marenco

Roxana Bernhardt (ladyllita) dijo...

Así es, mi querido Carlos. Apenas publiqué esta entrada ví la tuya y me asombró gratamente.
Gracias, amigo ;)
Roxana.

Daniel (I) dijo...

Roxana avisa, previene, aclara desde la presentación de su blog que las ideas que volcará en el mismo serán "cómodas y no tanto". Por supuesto, todo pasará por lo que genere en quien lea sus siempre muy bien escritos textos. En mi caso, leo artículos como "Maleducar al Soberano", y siento que en mi zapato ha entrado un guijarro que me desgarra la planta del pié; así de incómodo me deja la lectura. Veamos.
¿Por qué los gobiernos no intervienen en este tipo de hechos? se pregunta nuestra bella bloggera. Y ahí nomás da por descontado que si interviniera lo haría para reprimir; no, por ejemplo, para dialogar y aceptar la crítica de los estudiantes que ocupan los establecimientos acerca de la política educativa del Ingeniero Macri. Y descarga la tradicional monserga de la derecha más rancia: echar a los "docentes inútiles" y con los sueldos ahorrados mejorar el salario de los docentes útiles y mejorar todo el mobiliario. Ni hablar de modificar el porcentaje del presupuesto de la Ciudad destinado a la educación.
A todo esto, vale la pena aclarar, que la encantadora bloggera a retornado a teclear en su sitio para defender a uno de los íconos de la derecha vernácula: el Ingeniero Mauricio Macri. Quien llegó a ganar las elecciones para Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, proclamando que no era un político, sino un hombre que venía acompañado por su equipo "para hacer gestión". O sea que en él es impensable que aniden esas nefastas ideas sobre Derechos Humanos que "invocan los políticos de acá y acullá". No es casual que esta parte del comentario de Roxana termine nombrando a Hugo Chávez; el Presidente de Venezuela es un Satanás contemporáneo que irrita de un modo feroz a nuestros simpatizantes de las ideas de derecha.

Daniel (II) dijo...

Asegura Roxana que las sombras de La Noche de los Lápices impide "ejercer autoridad alguna, ni para adentro ni para afuera." Recordar el siniestro operativo que tuvo por víctimas también a adolescentes como los que ahora ocupan colegios, hace correr un frío por la espalda. Pero Roxana no está pidiendo que se secuestre, se torture y se ejecute a los jovencitos de ahora. Apenas -esto quizás si- que algún robusto y pesuasivo cabo de la Policía Federal cruce con un sonoro soplamocos las mejillas con acné de estos díscolos imberbes que parecen ignorar el significado de la palabra Autoridad. Más o menos como para empezar a hacerlos entrar en razón. Claro que la crítica de nuestra bloggera no se detiene en esos pelilargos de jeans rotos adrede, sino que llega hasta sus padres. Pero distingue a los correctos progenitores de los alumnos que no están entre los que ocupan colegios, según Roxana éstos sostienen que "otros, muchos, hacen kms a caballo para asistir a una escuelita, como antaño". De ahi la deducción que estos chicos revoltosos "no tienen ni idea de lo que es el esfuerzo". Es curioso ver como se repiten los argumentos. Cuando en 1968, los bien comidos, bien vestidos y mejor educados estudiantes parisinos llevaron adelante la protesta que quedó para siempre en la historia como el Mayo Francés, los críticos de derecha también se mostraron, primero desconcertados y luego enfurecidos. Les indignaba que la protesta se hiciera justamente en París, ocupando claustros venerables como La Sorbonne, por hijos dilectos de la clase media francesa y no por ejemplo, en alguna remota universidad de algún exótico país del África o América Latina. Viejo argumento conservador: mostrarle al quejoso del orden dado, una realidad peor. Cabría preguntarse: ¿el chico porteño que ocupa su colegio es un rebelde sin causa, o el sufrido escolar que va a caballo hasta la remota y peor mantenida escuelita es un sometido que no tiene conciencia de su situación? ¿Qué dirían los pensadores de ideas de derecha si el sufrido un día se rebela; deja el caballo en paz y junto con otros compañeros, oprimidos como el, toman la escuelita como forma de protesta?. Dirían con algo de asco y mucho de odio: "miren esos negritos rotosos ocupando la escuelita... ¡que agradezcan que pueden ir a aprender a leer y escribir; que no tienen que quedarse analfabetos por el resto de sus vidas por tener que andar cuidando la majadita de la familia quw anda pastandoi en la falda de los cerros!". En el final, Roxana se culpa de no tener interés. Pero no debería sentirse así. Porque ella hace cosas -quizás modestas para sus aspiraciones- como haber escrito este artículo en su blog. Desde su pequeña trinchera y a algunos cientos de kms de distancia ha criticado a quienes protestan contra la política educativa de uno de los más visibles representantes de la derecha política en Argentina.
CONCLUSION: ¿está mal que Roxana defienda siempre a los conservadores? No, para nada; es una posición política ¿Para que me embarco, entonces, en estas largas parrafadas? Nada mas que para tratar de hacer notar que no hay un solo modo de pensar. Que no hay una "manera natural" de organizar la sociedad. Que el mundo es cambiante, que la historia tiene un desarrollo dialéctico. Y que en definitiva los modos de ver la realidad siempre llevan a recurrir a don Ramón de Campoamor: "En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira".

Roxana Bernhardt (ladyllita) dijo...

Mi querido Daniel:
Admiro siempre la expresión de tu pensamiento, no por nada estoy mendigándolo tantas veces.
Y, aunque parezca una contradicción, estaba esperándolo.
Ahora sí siento esto completo.
Roxana.

Agustina dijo...

No estoy para nada de acuerdo con lo que se expresa en Maleducar al Soberano. Tiene el atenuante que la autora está lejos del lugar donde se producen los hechos, por eso no puede saber que Macri tiene el presupuesto destinado a la educación subejecutado. Recién ahora el Ministro Bullrich sale a dar la cara y pretende "negociar" con los estudiantes cómo concretar algunos de los reclamos. Es insólito; el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no tiene nada que "negociar"... ¡tienen que cumplir con las pautas presupuestarias que fueron oportunamente fijadas! (Que no se cumplieron porque esos fondos se desviaron para asuntos que al señor Macri le resultaban más atrayentes que andar arreglando colegios) Coincido con lo que dijo el lector anterior pero no me quedó claro el sentido final de su extenso comentario. ¿Es lo mismo ser de derecha que de izquierda?, me pareció que eso dijo. Si es así, estoy completamente en desacuerdo. Y me joden bastante esas opiniones que parecen muy jugadas, pero que al final terminan con un airecito conciliador en el cual todo es lo mismo, como en el Cambalache de Discépolo.

Anónimo dijo...
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Anónimo dijo...

Daniel I dijo:
Roxana avisa, previene, aclara desde la presentación de su blog que las ideas que volcará en el mismo serán "cómodas y no tanto". Por supuesto, todo pasará por lo que genere en quien lea sus siempre muy bien escritos textos. En mi caso, leo artículos como "Maleducar al Soberano", y siento que en mi zapato ha entrado un guijarro que me desgarra la planta del pié; así de incómodo me deja la lectura. Veamos.
¿Por qué los gobiernos no intervienen en este tipo de hechos? se pregunta nuestra bella bloggera. Y ahí nomás da por descontado que si interviniera lo haría para reprimir; (Aquí vemos, una vez más, como se desnaturaliza el uso de las palabras. ¿Está mal reprimir? Si nos atenemos a las definiciones del diccionario, y a las misiones y funciones de los gobiernos, no solo no está mal, sino que es una obligación hacerlo. La justicia de los reclamos, si es que en estos casos son justos, no justifica los medios usados. Enseñar a que cada uno cumpla sus roles no es malo, por el contrario es lo que estamos esperando que ocurra. Democracia no es desorden.) no, por ejemplo, para dialogar y aceptar la crítica de los estudiantes que ocupan los establecimientos acerca de la política educativa del Ingeniero Macri. (Yo no sé si es tan mala la política educativa del ingeniero Macri. Lo que sí sé es que no le perdonan que no se autoproclame “progre”. Haciéndolo, podría luego aplicar las políticas de negocios para amigos, de poner y sacar fiscales, y otras cositas por el estilo, que sus amigos progres y revolucionarios nada dirán) Y descarga la tradicional monserga de la derecha más rancia: echar a los "docentes inútiles" y con los sueldos ahorrados mejorar el salario de los docentes útiles y mejorar todo el mobiliario. (¿está mal echar a los docentes inútiles?) Ni hablar de modificar el porcentaje del presupuesto de la Ciudad destinado a la educación. (Ya que el lector tiene tanto conocimiento de porcentajes y presupuestos, sería bueno que nos aclare qué porcentaje destinaban a la educación las administraciones anteriores) 
A todo esto, vale la pena aclarar, que la encantadora bloggera a retornado a teclear en su sitio para defender a uno de los íconos de la derecha vernácula: el Ingeniero Mauricio Macri. (Otra vez con la derecha. Ya lo decía yo, su pecado original es no ser progre. Por otra parte, no vi que Roxana haya hecho ninguna defensa de Macri. ¡Qué obsesión despierta el ingeniro! ¿No será que, a toda costa, quieren que le vaya mal? No vaya a ser que triunfe, porque ya se sabe que las comparaciones son odiosas) Quien llegó a ganar las elecciones para Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, proclamando que no era un político, sino un hombre que venía acompañado por su equipo "para hacer gestión". O sea que en él es impensable que aniden esas nefastas ideas sobre Derechos Humanos que "invocan los políticos de acá y acullá". (Curiosísima conclusión: quien proclama que hará gestión no puede respetar los derechos humanos… El pensamiento fascista de muchos teóricos de la izquierda les brota por todos los poros al aceptar como dogma que quien no piensa como ellos es poco menos que Satanás encarnado) No es casual que esta parte del comentario de Roxana termine nombrando a Hugo Chávez; el Presidente de Venezuela es un Satanás contemporáneo que irrita de un modo feroz a nuestros simpatizantes de las ideas de derecha. (Así les está yendo a nuestros hermanos venezolanos. Están en el país que más inflación tiene en la región —y tal vez en el mundo— son los que menos crecen. Luego de diez años de Socialismo del siglo XXI la pobreza no ha disminuido, sino todo lo contrario)

Anónimo dijo...

Daniel (II) dijo...
Asegura Roxana que las sombras de La Noche de los Lápices impide "ejercer autoridad alguna, ni para adentro ni para afuera." Recordar el siniestro operativo que tuvo por víctimas también a adolescentes como los que ahora ocupan colegios, hace correr un frío por la espalda. Pero Roxana no está pidiendo que se secuestre, se torture y se ejecute a los jovencitos de ahora. Apenas -esto quizás si- que algún robusto y pesuasivo cabo de la Policía Federal cruce con un sonoro soplamocos las mejillas con acné de estos díscolos imberbes que parecen ignorar el significado de la palabra Autoridad. (tampoco dijo Roxana nada parecido. Pero lo que sí es cierto es que hay que hacer respetar el principio de autoridad. ¿tal vez en un régimen de izquierda como el que parece añorar este comentarista se permitiría una manifestación de descontento de esta naturaleza? ¿Podemos imaginar a Stalin o al más cercano Castro o aún al Bolivariano del petróleo consintiendo una manifestación de descontento de esta envergadura?) Más o menos como para empezar a hacerlos entrar en razón… En el final, Roxana se culpa de no tener interés. Pero no debería sentirse así. Porque ella hace cosas -quizás modestas para sus aspiraciones- como haber escrito este artículo en su blog. Desde su pequeña trinchera y a algunos cientos de kms de distancia ha criticado a quienes protestan contra la política educativa de uno de los más visibles representantes de la derecha política en Argentina.
CONCLUSION: ¿está mal que Roxana defienda siempre a los conservadores? (No, por supuesto, como no está mal que Daniel dé su opinión. Lo que parece es que para Daniel está mal ser conservador.) No, para nada; es una posición política ¿Para que me embarco, entonces, en estas largas parrafadas? Nada mas que para tratar de hacer notar que no hay un solo modo de pensar. Que no hay una "manera natural" de organizar la sociedad. Que el mundo es cambiante, que la historia tiene un desarrollo dialéctico. Y que en definitiva los modos de ver la realidad siempre llevan a recurrir a don Ramón de Campoamor: "En este mundo traidor nada es verdad ni es mentira, todo es según el color del cristal con que se mira".

Anónimo dijo...

Agustina dijo...
No estoy para nada de acuerdo con lo que se expresa en Maleducar al Soberano. Tiene el atenuante que la autora está lejos del lugar donde se producen los hechos, por eso no puede saber que Macri tiene el presupuesto destinado a la educación subejecutado. Recién ahora el Ministro Bullrich sale a dar la cara y pretende "negociar" con los estudiantes cómo concretar algunos de los reclamos. Es insólito; el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires no tiene nada que "negociar"... ¡tienen que cumplir con las pautas presupuestarias que fueron oportunamente fijadas! (Que no se cumplieron porque esos fondos se desviaron para asuntos que al señor Macri le resultaban más atrayentes que andar arreglando colegios) Coincido con lo que dijo el lector anterior pero no me quedó claro el sentido final de su extenso comentario. ¿Es lo mismo ser de derecha que de izquierda?, me pareció que eso dijo. Si es así, estoy completamente en desacuerdo. Y me joden bastante esas opiniones que parecen muy jugadas, pero que al final terminan con un airecito conciliador en el cual todo es lo mismo, como en el Cambalache de Discépolo.
Y con respecto al comentario de Agustina, me basta con citar una frase de Saramago, a quien entiendo no se animarán a tildar de ser de derechas (por lo menos hasta el momento en que dijo lo que cito más abajo).

«Ser de izquierdas, como ser de derechas, es una de las infinitas maneras que el hombre puede elegir para ser un imbécil; ambas, en efecto, son formas de hemiplejía moral.»

Roxana; fijate qué curioso. Ni una vez en tu artículo mencionaste a Macri. De su atenta lectura no me pareció que estuvieses defendiéndolo a él ni a su política educativa. ¡Qué obsesión que despierta en los sectores a que pertenecen Daniel y Agustina!